martes, 27 de mayo de 2008

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Querida Tía

Si has recibido esta carta, significa que pronto volverás a tener noticias mías.
Mientras tanto necesito que haga algo por tu sobrino, para que salga cuanto antes de aquí. En la Posta Central hay un buzón que se abre con la llave que tienes entre tus manos.
Allí recogerás un arma como la de la fotografía. No te desprendas de ella y úsala si te ves en peligro. Cuando recojas el abrigo de la lavandería, te dirán que en un bolsillo había una petaca. Bajo los cigarrillos, la dirección de un apeadero. Allí mismo da la orden de que envíen el saco número 3 a ese apeadero, según las instrucciones que figuran al pie.

En cuanto lo recupere, te volveré a escribir para volver a verte y para que me prepares el asado aquel que tanto me gustaba y que tantas veces he añorado desde que llegué al presidio y después de fugarme. Ya sabes, se cometió una injusticia conmigo. Pero pronto todo se arreglará. Tu sobrino que te quiere

PD: Estate alerta. Usa bien el dinero y aléjate de Claudio: no dudes en usar el arma si me anda buscando. Y si ves a mi amiga oriental, no le cuentes nada de todo esto.